Mentografías

30 x 21 cm. cada obra
16 dibujos y collage sobre papel + 1 libro de artista

Anatomía de los fosfenos, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía de la memoria, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía de la visualización o de la evocación, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía de la imagen patológica, 2014 Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía de una alucinación, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía de la imagen eidética, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía de la vigilia, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía del estado de hipnósis, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía del sueño, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía del estado de semi inconsciencia, 2014
Dibujo 30 x 21 cm.

Anatomía de la imagen subliminal, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía de un estereotipo, 2014
Dibujo 30 x 21 cm.

Sección de microcosmos, 2014
Dibujo 30 x 21 cm.

Anatomía de la instrospección, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Anatomía del arte, 2014
Dibujo y collage 30 x 21 cm.

Mentografías. Tratado pseudoanatómico de la imagen mental, 2014
Dibujo 30 x 21 cm.

Sara González nos invita a explorar el camino desde la imagen mental a la representación visual a través de los tesoros que ha creado para conformar su particular gabinete de dibujos. En este espacio de retiro, ideado para el estudio y el cultivo del conocimiento, podemos recrearnos con una obra de ejecución impecable, solazarnos con el resultado delicado, sensible y delicioso de sus procesos creativos y deleitarnos con las páginas de su tratado pseudoanatómico, que ha bautizado con un vocablo inventado, Mentografías.

Sara da respuesta a una cuestión que fundamenta el proyecto de investigación personal cuyos frutos recoge en esta muestra en la que plantea que, cada espectador con su interpretación, haga suya la obra y genere una imagen mental nueva, individual y única. En un ejercicio entre el juego y la poesía visual, su reto consiste en exprimir el dibujo como herramienta del pensamiento para sacar el jugo con el que hacer visible la siempre desconcertante actividad de la mente, en una interpretación caprichosa de la misma, digna de Fritz Kahn y sus ilustraciones del cuerpo humano como máquina.

Sara protege y reivindica el dibujo en una sociedad cada vez más tecnológica donde el consumo, la circulación y el intercambio de imágenes borra el valor que se le daba a cada una de ellas en otros tiempos. 

Por ello elige tanto el papel como soporte a la hora de extraerlas de su ámbito efímero y trasladarlas al campo de lo táctil y lo palpable, como el formato libro de los tratados anatómicos. Kandinsky mantenía que todos los medios son sagrados, si brotan de la fuente de la necesidad interior. […] La verdadera obra de arte nace misteriosamente del artista por vía mística. Separada de él, adquiere vida propia, se convierte en una personalidad, un sujeto independiente que respira individualmente y que tiene una vida material real.

En su deseo de autonomía, la obra de Sara también suelta la mano de su autora para despertar la curiosidad de cada uno de nosotros y permitirnos volar libres en el uso de nuestra imaginación a la hora de contemplarla. Desde la sutileza de sus cuidadas composiciones, la construcción de metáforas visuales y la elegante combinación de capas de color y recursos gráficos que Freud hubiera llamado sueños o rompecabezas de imágenes, abrimos las puertas a la reflexión sobre lo visto y lo imaginado. No lo queremos hacer, sin dejar en el aire un pensamiento de Magritte con el que nos resulta fácil concluir este texto: Como el sueño, las palabras y las imágenes son un engaño que puede decir una gran verdad.

 

Carmen Hidalgo de Cisneros Wilckens. Madrid 2014